CORRESPONDENCIA PARA SALIR DEL CUBO BLANCO




Apreciad@s artistas:

Habría que preguntarse cuánto de lo que se presenta dentro del cubo-blanco es todavía arte, o se trata más bien del registro, del testimonio de lo que ya pasó antes, en otro lugar, como lo verdaderamente artístico. Sí, es cierto, las vanguardias artísticas ya hablaron de este tema, que no es ninguna novedad, sin embargo no ha dejado de ser imprescindible tratarlo.

Es mi deber anunciarles que los movimientos de resistencia contra la ideología museográfica del cubo-blanco comenzarán a intensificarse, las brigadas anti-control están unificándose en rizoma. Dejamos este mensaje en el aire, on line, para que lo lean artistas y no artistas de todas partes, gente que entiende que el arte contemporáneo puede agenciarse, ser parte de insólitas máquinas de guerra, lugares de combate contra esta ideología. 

Más allá del performance, del happening o la instalación efímera, hay que romper todas las etiquetas posibles; lo que hace falta en definitiva es promover nuevas apropiaciones espaciales y nuevos comportamientos en torno a eso que se llama lo artístico. Romper la experiencia moldeada de visita de museo. Los invitamos a enrolarse y mantenerse conectados desde sus lugares, los estaremos siguiendo en sus obras y alimentándonos de su impulso trastocador. 

Atte. 
La InterFerEnciA


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SINOPSIS PROVISIONAL
El objetivo principal será el de promover un marco referencial diferente, no tradicional, para las obras de arte o las situaciones artísticas. También ocasionar unas condiciones de recepción diferentes por parte del espectador, menos guiadas e impuestas. ¿Qué arte nos interesa? El que no se parece a lo que ya se hace, el que no se anuncia, el que no se certifica ni se filtra por el cubo blanco. La ideología museográfica del cubo blanco es puesta en cuestión de manera radical. Invoca lo que Valcárcel llamó "un arte invisible, indetectable". Citando a Heidegger, buscamos "obra de arte que no pueda comprenderse a partir de lo habido hasta ahora, aquella que rompe con las costumbres de la percepción". Tenemos mucho arte museístico pero poco cuestionamiento del arte como resultado, pocas resonancias. Lo que se investiga es cuánto puede liberarse de la polisemia propia de la obra, cuando no ha sido desinfectada, controlada o mediada por el dispositivo cubo-blanco. El cubo-blanco fue ideado en los 70 como un espacio neutro, para evitar la contaminación de contexto en la apreaciacón de una pieza de arte. Sin embargo, con el paso del tiempo, el cubo blanco en sí se ha cuestionado, pues su papel es cada vez más denso simbólicamente, es un contexto en sí mismo, un condicionamiento poderoso. 

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