FILOSOFÍA DE LAS CALLES



INTRODUCCIÓN

¿De qué hablamos cuando hablamos de una filosofía de las calles?
La filosofía es una disciplina que nace en la Antigua Grecia: está relacionada con unas condiciones de intercambio de pensamiento y visiones entre Europa y Asia, posibilitadas gracias a las expansiones comerciales a través del Mar. Filosofía es eso que nace en esas coordenadas. De ahí, su variedad de formas expresivas, de temáticas, de escuelas, a lo largo de su historia, es inmensa, plural, inasible. 

Recordemos a Friedrich Nietzsche haciendo sus largas caminatas en la temporada de creación más fecunda de su vida. Ainhoa Suárez escribe en "El arte de aprender a callarse":

Nietzsche fue uno de esos filósofos que tenía que salir a caminar antes de sentarse a escribir. A diferencia de Kant que todos los días hacía una caminata de una hora por la misma ruta sin importar el clima, las de Nietzsche eran impredecibles. Algunas llegaban a durar cerca de ocho horas porque, como él mismo lo decía, hay pensamientos que sólo se pueden tener en soledad y a 6,000 pies de las montañas. Salir a caminar a solas, en silencio y por tiempo indefinido no era una mera distracción de las intensas horas de escritura, sino el momento en que la escritura misma nacía.

El pensamiento y la escritura requieren de algunos artificios para emerger. La relación con las calles en una ciudad plantea una buena manera de no perderse en la abstracción pura. La abstracción por sí sola no explica nada, necesita ser explicada.


LA CHARLA MAGISTRAL



La licenciada en filosofía Carol Gainsborg Rivas, catedrática de la UPSA, y el comunicador Alfredo Rodríguez, autor del libro El lamento de los muros, fueron los invitados para exponer en la sesión. La charla magistral estuvo a cargo de Carol Gainsborg.

Comenzó refiriéndose inicialmente a la dificultad de integrar en una ponencia un análisis del imaginario urbano de Santa Cruz de la Sierra con la existencia de la filosofía en las calles. Trazó de manera experta los márgenes del marco teórico en el que se había basado, citando a autores como Néstor García Canclini (Imaginarios urbanos), o a Juan Carlos Scannone con sus ideas acerca del "ser" reemplazado por el "estar". (Los occidentales son, los indígenas están). 

No entró en detalles respecto de los tipos de grafittis que se encuentran en los muros de Santa Cruz, como expresión de una voz colectiva que piensa y se expresa en esos espacios públicos. En cambio se enmarcó más en esa especie de idiosincracia que sobrevuela en Santa Cruz, fue crítica sin tapujos, señalando las contradicciones en tensión que finalmente sostienen el imaginario cruceño. Llamó la atención sobre la planificación decidida de aquellos que están construyendo esta ciudad imponiendo el cemento sobre la vegetación extensa. Siendo Santa Cruz una ciudad que tiene partes de amazonía, con sus características propias, con un clima que promueve un estilo de vida más bien descontraído, sugirió algo descontextualizado el impulso de la planificación actual, quizá por estar inspirado en urbes cosmopolitas de otras latitudes.

Otro punto destacable fue cuando se refirió a la planimetría de la ciudad, organizada en anillos, pensada para descentralizarse, y co-funcionar de manera integrada, uniendo puntos lejanos a través de líneas rectas con las radiales. Sin embargo, Santa Cruz es una ciudad de múltiples climas, y no hablamos aquí solamente de lo ambiental, sino de lo cultural. Tanto a llegado a segmentarse la ciudad que existe una desconexión desde la zona central respecto de lo que es Villa Primero de Mayo, Plan 3000, y otras zonas, de las que se habla "como si fuera satélites ajenos, alienados de lo que es la vida en el centro". La sensación de que no se tiene nada que ver con esas zonas o urbanizaciones, que han ido desarrollando su propio clima, o su propia atmósfera de modo de vida. Santa Cruz está fragmentada en ciertos pedazos, y Carol critica aquí que en ese contexto se mantenga como discurso dominante un ansia de uniformización y de hacer tabla rasa. De aquí hizo algunas subdivisiones a la crítica de género, a la imposición del hombre camba como figura todavía vigente, y a la "agresividad que esta ciudad muestra contra todo aquel que se anima a pensar diferente". En la ciudad se observa mucha exclusión, puesto que es muy fácil ser raro cuando no se adopta ni integra los mismos parámetros de lo que es vida buena, progresiva, de buen consumo, al día con las tendencias y los modos de vestirse o de situarse en los espacios. 

Uno de los asistentes, Christian Daniel Eguez, se mostró interpelado por la ponencia y muy de acuerdo, señalando que él en tanto que "marica" se siente odiado en la sociedad cruceña, de modo que no tiene mayor motivación de sentirse cruceño, y por ello se animó a decir que esta ciudad es todavía un pueblucho que él detesta. La crítica tenía el argumento siguiente: a mayor libertad procura una formación social para sus miembros, más desarrollada es. En base a ello, no dejaba de tener sentido esa fuerte afirmación. Carol Gainsborg respondió que a un juicio de valor no se le podía pedir mayor análisis, pero reivindicó el lugar desde donde se habla, también desde la marginalidad, como completamente válido para responder a la identidad homologadora que se impone en muchos niveles en la ciudad. Sin embargo, hizo notar que el hecho de poder expresar esa queja en voz alta, era ya una muestra de que "tan pueblucho no es". 

El contexto del espacio ayudaba a que un enunciado de ese tipo pueda surgir y que la gente se limite a escucharlo y meditar. Porque TERRITORIO DE IDEAS es un espacio de exploración, donde se efectúan excavaciones, mediciones de terreno, articulaciones entre puntos aparentemente lejanos, o cuestionamiento de aquellas ideas que aparentemente deberían estar siempre asociadas. En ese marco, la mente escucha y está ocupada en registrar y generar sus propias asociaciones.   


EL EVENTO
Así se desarrolló el evento en imágenes.








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