CUADERNO DE CAMPO - LORGIO VACA (I)

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Lorgio sentado en su taller

Conocer a Lorgio Vaca, la persona, es una oportunidad de rozar una sabiduría muy especial,  adquirida a través de la pura experiencia, y del ejercicio de una mentalidad bastante vitalista. Pero eso no se puede saber de entrada, al principio uno lo aborda como aborda a un artista. Intenta entrar en sintonía, conversar sobre las influencias que tuvo en su trabajo, lo que le gusta leer, su posición sobre algún tema de actualidad, y cuestiones referidas al rol del cuerpo en el trabajo del muralista. Teníamos esas aristas para empezar a indagar, y ver si se podía dar una transmisión entre las ideas de Lorgio y nuestras preguntas. 

Con Lorgio me sucedía con frecuencia al principio que encontraba resonancias en su visión del pensamiento de algún filósofo, como Nietzsche varias veces, o la corriente taoísta del pensamiento oriental, después algún poeta que haya rondado entre la urbe y el campo, como Jesús Urzagasti. Pero él no me daba cuerda en ello, inmediatamente tenía alguna anécdota para contar de su propia historia, no le apetecía mucho hablar de autores ni de títulos. "Las verdades y las palabras nos pertenecen a todos", recuerdo que me dijo en alguna ocasión. Recuerdo también que es fácil conversar en ese espacio airado, en su amplio taller se respira tranquilidad y realización, está muy bien iluminado, especialmente concebido para que el artista se pierda ahí en sus tareas cotidianas.  

 Cerámicas de Lorgio.

A lado de sus sillas donde conversábamos, reposa su imponente hamaca. 

Mostrándonos cómo usa su hamaca para suspenderse y trabajar en sus murales.

La hora del ejercicio, parte importante de la rutina diaria de Lorgio Vaca